Así las cosas, sea moda o cambios de hábito, hay escasez de bicicletas y los monopatines eléctricos dejaron de ser un divertimento para ser ejes del transporte urbano.
En esta carrera por la nueva normalidad también aparecen regulaciones ad hoc. En este caso de los monopatines eléctricos la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) dictó una disposición para actualizar la normativa para que se contemplen las nuevas tecnologías vehiculares en todo el país.
La normativa establece que para utilizarlo hay que ser mayor de 16 años, usar cascos de protección certificados, al menos el de bicicleta, chaleco de seguridad de alta visibilidad que cuente con la certificación correspondiente; no llevar acompañantes, circular por calles, avenidas y zonas del entramado urbano autorizadas, como bicisendas o ciclovías y no circular por veredas, zonas exclusivas para peatones, rutas, autopistas o semi autopistas.
Asimismo, tienen una velocidad limite de 30 km/h, tienen que contar con sistema de freno y con iluminación delantera blanca y trasera roja y utilizar bocina.
Pero, además de la normativa que en el caso de la bicicleta establece el uso de chalecos, las bicisendas y luces, las empresas de seguros y los bancos comenzaron a ofrecer pólizas que cubran tanto robos como accidentes personales y roturas.
A diferencia de lo que sucede con los autos en donde lo que se asegura es el bien y no la persona, en el caso de la bicicleta y los monopatines las coberturas son mixtas. Así como cubren robos también comprende conceptos como farmacia y, obviamente, choques.
Es por eso que los seguros tienen como base una cobertura de responsabilidad civil, robo, incendio, destrucción y daños a los que se les agrega mantenimiento y gastos de farmacia.
Los valores dependen de varias cosas como: valor y antigüedad del rodado, el uso que se le va a dar (deportivo, comercial o particular) y el lugar/ciudad donde se vaya a utilizar. […]
Fuente: EL DIA