Seguros del hogar: ¿Gasto o inversión?

Seguros del hogar: ¿Gasto o inversión?
Antes de contratar un seguro del hogar es importante saber reconocer si efectivamente se trata de un servicio necesario. Lo cierto es que las personas analizan minuciosamente los costos y beneficios de contar con protección en la vivienda, especialmente cuando el hogar permanece desocupado durante buena parte del día.

Más allá de la respuesta y el análisis propio de cada persona, los seguros para el hogar fueron uno de los sectores con mayor crecimiento durante la pandemia. Mientras buena parte de la economía se retrajo, las aseguradoras vieron un crecimiento sustancial en la emisión de pólizas durante los primeros cinco meses de 2021.

Según un relevamiento privado, el mercado de seguros para el hogar encontró en la pandemia la receta del éxito. Los cambios en las formas de vivir y la mejora en la percepción de las viviendas, potenció la demanda de quienes transformaron a su hogar en oficinas o aulas de escuelas. Tal es así que asegurar mi casa se transformó en una tendencia a lo largo y ancho del país, lo que refleja una sensación más cercana a la inversión respecto a los seguros de viviendas.

¿Cómo diferenciar si el seguro es un gasto o una inversión?

Los detalles y la famosa letra chica de la póliza son los que inclinan la balanza hacia un lado u otro del seguro. Un seguro con muchas excepciones y cobertura mediocre sin dudas que estará mucho más cerca de ser un gasto que una inversión genuina. Esto se debe a que no cubrirá todos los siniestros y tendrás que hacerte cargo de muchos aspectos como la reparación de los electrodomésticos, sumas elevadas que se agregarán al gasto fijo mensual de una cobertura poco eficiente.

A la hora de cotizar un seguro del hogar hay varios factores que se toman en cuenta. Asegurar por un valor menor a la realidad es muy seductor porque la prima que se abona es muy baja. Sin embargo, “lo barato siempre sale caro” y en caso de siniestros, el seguro cubrirá por un valor proporcional a la suma asegurada que será menor a lo que realmente cuestan los electrodomésticos o la vivienda en sí misma. En este caso puntual, el seguro del hogar se habrá transformado en un gasto y no en una inversión.

Una opción que sin dudas refleja al seguro del hogar como una inversión es la cobertura de combinado familiar que se transformó en una de las más buscadas por núcleos familiares que necesitan sentirse amparados ante cualquier siniestro. Al contratar este tipo de servicio estarás cubierto contra incendios, caída de rayos, rotura de objetos, daños en cristalería y robos. Esta cobertura contempla los gastos de reparación que suelen ser costosos. Es ahí donde se activa la inversión y el seguro del hogar deja de transformarse en un gasto.

Vale destacar que algunas pólizas de seguros contemplan electrodomésticos que incluso son transportados fuera del domicilio como ocurre con las notebooks y los smartphones. Si bien la cotización puede variar por otros factores como la zona de residencia, metros cuadrados, dispositivos de seguridad, entre muchos otros, contratar un seguro para el hogar termina siendo una ecuación beneficiosa. Por poca plata tendrás una cobertura completa ante todo tipo de imponderables.

Otro aspecto a tener en cuenta dentro de la cobertura es la cantidad de beneficios otorgados por la aseguradora y contemplados dentro de la póliza. Algunas coberturas cubren la instalación de electrodomésticos como aires acondicionados o lavarropas. También existen apartados para las reparaciones generales como así también plomería y electricidad donde es la compañía la que envía profesionales para que se hagan cargo de los arreglos. En este caso, el seguro sin dudas que es una inversión muy rentable, porque no tendrás que hacerte cargo de los costos de mantenimiento o de reparación sobre la vivienda o dispositivos afectados por un siniestro.

Por último, algunos seguros para el hogar también ofrecen cobertura contra responsabilidad civil e incluyen defensa en juicio que cubre contra gastos y costas ante un juicio generado por un tercero que sufrió algún tipo de daño. En el caso de la responsabilidad civil, es la aseguradora quien se encargará de abonar las indemnizaciones pertinentes por los daños y perjuicios sobre los terceros afectados.

Fuente: REALPOLITIK